Maniobra de Kristeller: Un Riesgo Evitable en la Atención Obstétrica
La maniobra de Kristeller, una práctica obstétrica polémica y prohibida en numerosos países, consiste en la aplicación de presión sobre el fondo uterino durante el parto para facilitar la expulsión del bebé. Aunque históricamente se utilizó con la intención de acortar la segunda etapa del trabajo de parto, la evidencia científica y las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han señalado los riesgos significativos que esta maniobra conlleva tanto para la madre como para el bebé.
A pesar de su prohibición en varios lugares, aún persiste en algunas prácticas clínicas, especialmente en regiones con limitaciones de recursos o educación obstétrica insuficiente. Abordar esta problemática requiere un enfoque basado en la evidencia, educación y sensibilización para erradicarla definitivamente.
¿Qué es la Maniobra de Kristeller?
Descrita por Samuel Kristeller en el siglo XIX, esta técnica consiste en ejercer presión externa y sostenida sobre el útero con el objetivo de acelerar el proceso de expulsión fetal. Aunque inicialmente se consideró útil en escenarios de emergencia, su uso se ha perpetuado sin justificación científica, incluso en partos normales.
Riesgos Asociados
La maniobra de Kristeller ha sido ampliamente documentada como peligrosa, asociándose con complicaciones graves para la madre y el neonato:
- Riesgos Maternos:
- Desgarros perineales graves: La presión excesiva aumenta el riesgo de desgarros de tercer y cuarto grado, que pueden ocasionar incontinencia fecal y urinaria a largo plazo.
- Ruptura uterina: Especialmente en mujeres con antecedentes de cesárea previa o úteros debilitados.
- Lesiones en órganos internos: Daños en vejiga, recto o incluso fracturas de costillas.
- Riesgos Neonatales:
- Hipoxia: La compresión uterina puede reducir el flujo sanguíneo placentario, comprometiendo la oxigenación del feto.
- Lesiones físicas: Fracturas de clavícula, lesiones cervicales o craneales.
- Trauma obstétrico: Aumenta la probabilidad de parto traumático y sus complicaciones asociadas.
- Aspectos Psicológicos:
- Violencia obstétrica: La maniobra se percibe a menudo como una intervención forzada y no consensuada, afectando la experiencia del parto de las mujeres y generando consecuencias emocionales como estrés postraumático.
Prohibición y Recomendaciones Internacionales
La OMS, junto con otras instituciones como el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (RCOG), desaconseja explícitamente el uso de la maniobra de Kristeller. Estas organizaciones enfatizan que no hay evidencia que respalde su efectividad para mejorar los resultados perinatales, mientras que sus riesgos son inaceptables.
En países como España y México, la maniobra de Kristeller está formalmente prohibida. Sin embargo, la falta de supervisión, capacitación adecuada y protocolos claros permite que esta práctica persista en ciertos contextos.
Alternativas Basadas en la Evidencia
En lugar de recurrir a técnicas peligrosas como la maniobra de Kristeller, existen estrategias seguras y efectivas para manejar la segunda etapa del parto:
- Monitoreo adecuado del progreso del parto: Identificar tempranamente complicaciones como distocia para intervenir oportunamente.
- Uso de técnicas no invasivas: Cambio de posición, apoyo emocional y uso de métodos de alivio del dolor para facilitar el parto.
- Intervenciones instrumentales seguras: Uso de fórceps o ventosa obstétrica cuando están indicados, realizados por personal capacitado.
- Cesárea: En casos donde el parto vaginal represente un riesgo significativo.
La Importancia de la Educación y la Sensibilización
Erradicar la maniobra de Kristeller requiere una transformación cultural y educativa en la atención obstétrica. Esto incluye:
- Capacitación del personal de salud: Actualización constante sobre las mejores prácticas obstétricas basadas en evidencia.
- Empoderamiento de las pacientes: Proveer información clara y accesible a las mujeres sobre sus derechos durante el parto y los riesgos de intervenciones no justificadas.
- Supervisión estricta: Implementar protocolos que garanticen el cumplimiento de estándares internacionales en todos los niveles de atención.
Conclusión: Un Paso hacia Partos Más Seguros
La maniobra de Kristeller representa un ejemplo de cómo prácticas obsoletas y peligrosas pueden persistir en la medicina si no se cuestionan y erradican mediante educación y vigilancia. La atención obstétrica moderna debe centrarse en el respeto por la fisiología natural del parto, priorizando siempre la seguridad y dignidad de la madre y el bebé. En México y en el mundo, es fundamental garantizar que ninguna mujer sea sometida a esta maniobra, avanzando hacia un modelo de atención obstétrica basado en evidencia, compasión y derechos humanos.