Leucodistrofia Metacromática: Enfermedad Degenerativa del Sistema Nervioso

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La leucodistrofia metacromática (LDM) es una enfermedad genética y progresiva que afecta la mielina, una sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas en el sistema nervioso central y periférico. La pérdida de mielina deteriora la comunicación entre las neuronas, causando problemas neurológicos severos.

Causa

La LDM es causada por una mutación en el gen ARSA, responsable de producir la enzima arilsulfatasa A. Cuando esta enzima falta o no funciona correctamente, se acumulan sustancias tóxicas llamadas sulfátidos en el cerebro y los nervios, dañando la mielina.

Tipos de Leucodistrofia Metacromática

1. Infantil tardía (1 a 3 años):

Es la forma más común y agresiva. Los niños inicialmente se desarrollan con normalidad, pero luego pierden habilidades como caminar o hablar.

2. Juvenil (4 a 12 años):

La progresión es más lenta. Comienza con problemas escolares, conductuales o motores.

3. Adulta (adolescencia en adelante):

Puede manifestarse con cambios en la personalidad, dificultades cognitivas, síntomas psiquiátricos y deterioro motor progresivo.

Síntomas

• Pérdida de habilidades motoras (caminar, hablar)

• Dificultad para tragar o respirar

• Convulsiones

• Cambios de comportamiento o personalidad

• Retraso mental progresivo

• Espasticidad (rigidez muscular)

• Parálisis

• En etapas avanzadas, estado vegetativo

Diagnóstico

Se basa en:

• Análisis enzimático (actividad de arilsulfatasa A en sangre o fibroblastos)

• Pruebas genéticas para confirmar mutaciones

• Resonancia magnética cerebral (muestra pérdida de mielina)

• Examen de orina (detecta sulfátidos elevados)

• Estudio del sistema nervioso periférico (velocidades de conducción nerviosa)

Tratamiento

No existe cura, pero hay opciones terapéuticas que pueden ralentizar la progresión:

Trasplante de células madre hematopoyéticas:

Puede ser útil en etapas tempranas, especialmente en formas juveniles.

Terapia génica:

En investigación y con resultados prometedores, especialmente si se aplica antes de la aparición de síntomas.

Tratamientos paliativos:

Control de síntomas como espasticidad, convulsiones y dolor.

Rehabilitación:

Fisioterapia, terapia ocupacional y apoyo psicológico.

Pronóstico

El pronóstico varía según la edad de inicio y la rapidez del diagnóstico. La forma infantil es la más grave y suele causar la muerte en pocos años. Las formas juvenil y adulta progresan más lentamente, pero también son incapacitantes con el tiempo.

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